Fundamentos, procesos y mejores prácticas de las pruebas de rendimiento
Las pruebas de rendimiento del software son vitales para determinar cómo funcionará un sistema bajo diversas cargas y condiciones. Las pruebas de rendimiento no pretenden identificar defectos o errores, sino que miden el rendimiento en relación con los puntos de referencia y los estándares. Ayuda a los desarrolladores a identificar y diagnosticar los cuellos de botella. Una vez identificados y mitigados los cuellos de botella, es posible aumentar el rendimiento.
Las pruebas de rendimiento se diferencian de las pruebas funcionales, que se centran en funciones individuales del software. Esto incluye las pruebas de interfaz, las pruebas de sanidad y las pruebas unitarias. Más o menos, los probadores comprueban que las funciones se realizan correctamente y cumplen su propósito.
Las pruebas de rendimiento, en cambio, comprueban la preparación y el rendimiento general del software y del hardware en el que se ejecuta. Por ello, las pruebas de rendimiento suelen realizarse después de las pruebas funcionales.
En última instancia, un mal rendimiento puede alejar a los usuarios y clientes. A su vez, las pruebas de rendimiento sólidas le ayudarán a identificar las áreas de mejora.
5 aspectos esenciales de las pruebas de rendimiento
Es importante identificar y probar varios aspectos del rendimiento del software bajo carga. Esto le ayudará a detectar cuellos de botella y otros problemas potenciales. Examinemos cinco de las métricas más probadas.
1. Pruebas de carga
Examina el rendimiento de un sistema a medida que aumenta la carga de trabajo. La carga de trabajo puede referirse al volumen de transacciones realizadas o de usuarios concurrentes en condiciones normales de trabajo. Las pruebas de carga también miden el tiempo de respuesta.
2. Prueba de remojo
También conocido como prueba de resistencia, el soak testing es una evaluación del rendimiento del software durante un período prolongado de tiempo bajo una carga de trabajo normal. Esta prueba se utiliza para identificar problemas del sistema, como los relacionados con la utilización de los recursos de la base de datos o el manejo de los archivos de registro.
4. Pruebas de escalabilidad
Prueba el rendimiento del software bajo incrementos graduales de las cargas de trabajo, o cambios en los recursos, como la memoria, bajo una carga de trabajo estable.
5. Pruebas de estrés
Mide cómo funcionará un sistema fuera de las condiciones normales de trabajo. Por ejemplo, ¿cómo responderá el sistema cuando se enfrente a más transacciones o usuarios simultáneos de los previstos? Esto ayuda a medir su estabilidad y permite a los desarrolladores identificar un punto de ruptura. Las pruebas de estrés también permiten a los desarrolladores ver cómo se recupera el software en caso de fallo.
6. Pruebas de puntas
Se trata de un tipo específico de prueba de estrés que demuestra la respuesta del software cuando éste es golpeado repetidamente con grandes y rápidos aumentos de carga.
Pruebas de rendimiento paso a paso
La mayor parte del tiempo se dedicará a planificar la prueba en lugar de ejecutarla. Una vez que se ejecuta la prueba, la mayor parte del trabajo la realiza el hardware. Por supuesto, una vez generados los resultados, tendrás que analizarlos. Ahora examinemos el proceso de pruebas de rendimiento paso a paso.
1. Identificar el entorno de prueba
Para empezar, tendrás que identificar el entorno físico de la prueba, incluyendo las configuraciones de hardware y de red. También tendrá que tener configurado el software. Al comprender el entorno de la prueba y ajustarlo lo más posible a las condiciones del mundo real, la prueba en sí será más precisa y proporcionará mejores conocimientos.
2. Conozca sus criterios de aceptación del rendimiento
Debe saber qué objetivos quiere alcanzar. Esto significa determinar los niveles aceptables de tiempo de respuesta, utilización de recursos y rendimiento. Además, hay que tener en cuenta las distintas configuraciones que pueden afectar al rendimiento.
3. Planificar y diseñar pruebas para identificar los escenarios clave
A continuación, hay que identificar los escenarios clave en función del uso previsto en el mundo real. Diferentes usuarios generarán diferentes demandas. Es importante tener en cuenta el mayor número posible de ellas determinando la variabilidad entre usuarios representativos. Una vez determinada la variabilidad, es importante simular las condiciones y probar el rendimiento en consecuencia.
4. Configurar el entorno de prueba
Ahora es el momento de volver a visitar el entorno de pruebas y configurar la estructura de supervisión. Este paso dependerá en gran medida de su software, hardware y otros factores. Revisa tu trabajo para asegurarte de que no hay errores.
5. Ejecutar la prueba y recoger los datos
Una vez configurada la prueba, el hardware y el software son los encargados de llevarla a cabo. Asegúrate de recopilar datos y observar de cerca la prueba mientras se desarrolla.
6. Digerir los resultados
En cierto sentido, el verdadero trabajo no empieza hasta que se completa la prueba de rendimiento. Una vez que haya reunido los datos, tendrá que analizar los resultados. Presta atención a los cuellos de botella, los fallos críticos y cualquier anomalía. Además, vuelve a realizar la prueba para asegurarte de que el rendimiento es constante.
Algunas buenas prácticas a tener en cuenta
A la hora de configurar el entorno de pruebas, hay que tener en cuenta cómo funcionará el software en el mundo real. Ten en cuenta la variedad de dispositivos y entornos de clientes, como los diferentes navegadores web, que se utilizarán para acceder a tu software. Además, no empieces tu prueba desde el arranque, ya que la mayoría de la gente utilizará tu plataforma cuando ya esté bajo carga.
Además, establezca una línea de base para la experiencia del usuario. Los datos de rendimiento son vitales. Sin embargo, la pregunta más importante es «¿cuán satisfechos están los usuarios?». Comprenda cómo la disminución del rendimiento les perjudicará.
Conclusión: Prepárate para volver a empezar
Una vez completada la primera ronda de la prueba, podrá identificar posibles cuellos de botella y otros problemas. Estos problemas deben ser abordados. Esto puede significar cambiar el hardware o reescribir el código, entre otras cosas.
Sin embargo, cada vez que se cambia algo, es importante realizar otra prueba de rendimiento para ver si los resultados han mejorado. De este modo, es posible mejorar gradualmente y maximizar el rendimiento del software y el hardware correspondiente.