Estilos de gestión: ¿Cuál es el suyo?
Ser un líder de éxito en los negocios requiere muchas cualidades intangibles, como las contenidas en su personalidad, tales como el carácter, los valores, la moral, y la forma de enfrentarse a la adversidad y recuperarse de los fracasos. Estas cualidades abstractas son necesarias para determinar qué estilo de gestión es el más adecuado para llevarle a usted y a su equipo al éxito en el mercado.
En ausencia de un estilo de gestión eficaz, las empresas carecen de dirección. Factores críticos como las ventas, la atención al cliente, la innovación y los índices de satisfacción de los empleados se quedan en el camino y puede que nunca alcancen todo su potencial en su organización.
1. Autocrático
Los directivos autocráticos dirigen con muy poca o ninguna aportación de sus empleados. Con un líder inteligente, el estilo autocrático es muy eficaz, ya que las decisiones pueden tomarse rápidamente, sin necesidad de programar reuniones para pensar en los beneficios e inconvenientes de las distintas decisiones.
Sin embargo, el estilo autocrático puede ser un arma de doble filo, ya que aleja a los empleados que quieren apropiarse más de su trabajo y de los éxitos futuros de la empresa, lo que puede disminuir el rendimiento general y aumentar las tasas de rotación de personal. Este estilo se utiliza mejor cuando hay que tomar decisiones oportunas para evitar o responder a las crisis.
2. Consulta
El estilo de gestión consultivo es muy similar al autocrático, con una pequeña excepción. Los directivos consultivos consultarán a sus empleados sobre diversos proyectos e iniciativas, escuchando y teniendo en cuenta sus aportaciones. En última instancia, el líder consultivo tomará decisiones basándose en lo que es mejor para la empresa, al tiempo que hace todo lo posible para que los empleados estén contentos.
El estilo consultivo es ideal para ganarse a los empleados que participan directamente en las discusiones sobre la toma de decisiones, lo que les hace sentir que aportan más valor a la organización. Por otro lado, los que se queden fuera de estas discusiones se sentirán víctimas de favoritismo y es más probable que se vayan.
3. Persuasivo
Un directivo persuasivo no dirige vendiendo ideas a sus empleados. De hecho, es al revés. Los empleados ayudan a persuadir a su jefe de la validez de sus ideas convenciéndoles de las ventajas de lo que sugieren, y luego dejan la decisión final en manos del líder.
Este estilo fomenta una dinámica más familiar y de confianza en la que los empleados se sienten escuchados y valorados. También beneficia a la dirección al aliviar la presión que supone tener que sopesar los pros y los contras todo el tiempo antes de decidir qué camino es el correcto. Para que tenga éxito, el estilo persuasivo requiere que los subordinados confíen en la dirección y quieran participar activamente en el proceso de brainstorming.
4. Democrático
Un estilo de gestión democrático funciona de forma muy parecida a lo que su nombre sugiere. La democracia requiere una línea de comunicación abierta entre los líderes y sus empleados. Las ideas descienden desde la dirección para obtener información de los subordinados, y luego desde los empleados hasta la dirección.
La democracia, como estilo de gestión, puede ser muy gratificante para todos los implicados y tiene el potencial de tomar más decisiones que lleven a un resultado exitoso. Este estilo es estupendo para examinar decisiones complejas, como el desarrollo de productos y los servicios B2B. Este estilo puede llevar a prolongar el tiempo de toma de decisiones, lo que significa que no es ideal en circunstancias en las que hay que actuar rápidamente.
5. Laissez-Faire
El directivo «laissez-faire» puede describirse mejor como un mentor entusiasta de sus empleados, más que como un responsable principal de la toma de decisiones. Actúa sobre todo como asesor en los momentos en que los empleados necesitan orientación, pero se mantiene al margen a menos que las circunstancias le obliguen a hacer lo contrario.
Un estilo de gestión de laissez-faire puede funcionar muy bien en entornos creativos en los que la asunción de riesgos es necesaria para hacer avanzar el negocio, como en el caso de las empresas tecnológicas del tipo Silicon-Valley. El proceso de toma de decisiones cuando se utiliza este estilo puede ralentizarse considerablemente. Para tener éxito como gestor de laissez-faire, hay que elegir a su equipo con mucho cuidado y asegurarse de su competencia antes de contratarlo.
6. MBWA – Management By Walking Around
Al igual que el estilo de gestión «laissez-faire», los líderes de MBWA asumen un papel más bien de asesoramiento, dejando que sus empleados tomen decisiones por sí mismos. Como su nombre indica, estos líderes hacen su trabajo escuchando, a veces «paseando» por las instalaciones. Pero sobre todo dirigen manteniendo la puerta abierta y el teléfono encendido para sus empleados siempre que los necesitan.
El MBWA es un estilo muy orientado al equipo que anima a todo el mundo a proponer y desplegar ideas ganadoras. Fomenta el respeto entre los empleados y entre los líderes y los que están por debajo de ellos. Los empleados tienen que estar de acuerdo con los objetivos e ideales de la alta dirección, o no ofrecerán la información que los directivos necesitan para dirigir eficazmente basándose en sus sugerencias.
¿Ha descubierto su estilo de gestión ideal?
Como has leído, cada uno de los estilos de gestión mencionados tiene ventajas y desventajas. Algunos funcionarán muy bien en una empresa, mientras que en otras darán resultados menos deseables.
Sólo el tiempo y la experiencia pueden ayudarle a convertirse en el tipo de directivo que puede obtener los mejores resultados posibles de sus empleados, manteniendo al mismo tiempo los índices de satisfacción de los mismos y ayudando a la empresa a innovar y crecer.
¿Qué estilo crees que encaja mejor contigo, según tu personalidad?